miércoles, 22 de noviembre de 2017
Reseña del Cancionero Flamenco en la revista Foco Sur por Pilar Quirosa
La idiosincrasia del pueblo andaluz queda reflejada
en las páginas de este libro, Cancionero
flamenco, firmado por el escritor Pedro
Blanco Naveros, un trabajo que contiene
portada e ilustraciones de
Carlota de Burgos. El autor
es natural de Huelva y almeriense
de adopción, militar de
carrera, licenciado en Psicología
Clínica y premio periodístico
del Colegio Oficial de
Psicólogos de Madrid.
Autor del libro de poemas Veintiuna historias de
amor (Alhulia, 2011), del ensayo El Centinela
que nunca duerme: el Cerebro (Almuzara,
2011) y la novela La Condesa
de la Alhambra (Alhulia, 2014), nos entrega
un trabajo lleno de esencialidad,
obra teatral dividida en dos actos, compendio
de textos y letras flamencas, que
ha sido representado en Almería y Salobreña.
Flamenco lleno de matices, donde
se funden el cante y los versos contenidos
en fandangos («Qué sendero más alegre/
el que pasa por mi casa»), romance, grana-
ína, soleá («Y tu olor de yerbabuena,/ de romero
de la sierra»), farruca, tarantos, toná («Ha
nacío en la era un gitano/, entre el trigo de la
siembra»), tangos de Granada, alegrías («las olas
van que vienen y van/, con la brisa marinera/. Las
olas van que vienen y van, que van cayendo del cielo/,
las estrellitas a la mar»), siguiriya («Qué pena
tengo en el alma/ se me ha ido mi pare»), guajira,
taranta de la mina («qué atormentada es la vida/ de
un minero en la mina/ sin la luz del día»), carcelera,
(«Ay, noches de frío y viento») colombiana,
una media granaína («Desde el Darro hasta el Genil/
por toda Sierra Nevada»), con la voz plena de
recursos y estremecimientos,
donde reside el sentir de un
pueblo, con la entrada de los
distintos palos flamencos y la
historia de amor entre un gitano
y una dama de alcurnia. La
intrahistoria de la Historia de
España se interna por estas pá-
ginas llenas de verdad, los quebrantos que
se suceden tras la reconquista cristiana
por los Reyes Católicos en 1492, con la
expulsión de árabes, judíos y gitanos
(egipcíacos) en una injusta trama de
años de persecución y esclavismo. («Ay,
tanto monta/ Ay, monta tanto/ Ay,
fueron reyes cristianos, Ay»). Atravesando
los caminos de Sierra Nevada,
la impactante Sulayr, y la dificultad
de la huida a través de cumbres y barrancos,
en medio del quejío, transitando
el tiempo. Lugares mágicos, en medio
del drama y la desolación, junto a infinitos
atardeceres. Dácila y la contemplación de la Alhambra
desde el Albayzín, Curro y el Sacromonte
granadino, la vida llamando a la vida tras el nacimiento
del hijo. Y el final de esa escapada, definitiva,
crucial, hacia otras montañas también nevadas,
ubicadas en tierras canadienses. En el recuerdo,
los paisajes soñados de Granada, con el deseo
de una libertad incrustada en el alma
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Cancionero Flamenco
Este Cancionero tiene varias lecturas, todas ellas compatibles entre sí: Como un compendio de letras flamencas independientes y q...
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